domingo, 10 de febrero de 2013

La vida que quieres, o que te quieren.

El segundo disyuntivo en que se separa,
tu mente de los deseos del ego,
ese instante en el que renuncias a la vida cotidiana,
en el que cuelgas los tacones y te quedas descalza.

El desprendimiento de un sueño de la familia,
reemplazado por tu propia locura;
al final del día tus pasos nadie los marca,
eres la dueña única de tus suelas rotas.

Y por las mañanas es cuando peor lo vives,
un gemido abismal se cuela en tus huesos, lívidos,
gotas eternas filtrándose en tus pestañas.

La duda te carcome hasta el pensamiento más puro,
las aventuras se transforman en encierro,
¿Qué hacer?, ¿qué harás por remediarlo?,
A tu edad ya no se tolera el llanto.

Entonces llega la encrucijada: crece, crece para ti,
o crece para la gente.
Vive, vive la vida tuya,
o vive la que te dijeron que debías.

Nutre tu propio camino, o muévete con la manada,
renuncia a tu propia demencia,
o vuélvete la exigencia colectiva.

Te matas o te matan, tú decides, princesa.

viernes, 1 de febrero de 2013

Enero

Si pudiera suprimirme del universo,
sería éste el momento más propicio,
después de tanta lluvia, necesito un descanso;
no es que no me guste el agua,
es que me inunda, como los sentimientos,
como la incertidumbre de muerte que me persigue.

Como el miedo que se manifiesta en mis dedos,
al escribir o al sostener el peso
de las sombras dibujadas en los bordes,
de mi cuerpo abandonado.

Y si respiro, el aire me asfixia,
se estanca en mis articulaciones, congelándome,
el corazón se expande como tambor muerto,
mi garganta murmulla sin ritmo.

Si me vuelvo pequeña, mi mente no responde,
mi cerebro resonando, enfermo de pensamientos.

Y si cierro los ojos, ¿despertaré aquí?
¿Seguiré postrada en ésta cama?
¿O deslavada en éste río?
¿O hueca en éste abismo?

miércoles, 30 de enero de 2013

Desde que te vi siempre es mayo.

Hoy me he levantado de un humor muy musical,
en sintonía acústica con el mundo,
el oído alerta a tus palabras firmes.

Nada para quejarme, la historia me trata bien,
soy felíz en todas las tonadas,
aunque a veces mi pecho se cierre, con ruido,
saber lo que quiero me trae en ventaja.

Y tu estás ahí, inmaculándote,
con tus ojos de cualquier color que me gusta,
tus labios con el sabor que deseo,
estás ahí, y te veo, alejándote en la bruma,
de mis sueños descoordinados.

Si me tocas las manos están frías,
aunque mi corazón fluya tibio hasta las extremidades;
mi cerebro pegado a la rutina,
y mis labios al fino cemento.



lunes, 21 de enero de 2013

El matadero

Pero claro que nada es lo que parece,
detrás de las sombras siempre hay un despertar,
en lo más profundo de los abismos, hay vestigios de vida,
dentro de nuestros cuerpos, planetas estallan a la hora de dormir.

Tanto tiempo en silencio, me ha transformado en irreverente,
me ha propinado una buena dosis de cinismo en la punta de los dedos,
me ha volado los sesos con rebeldía sobrenatural.

Cada vez la opresión es más fuerte, se disfraza de bienvenida,
todos quieren "oír" lo que dices, pero nadie en realidad "escucha",
hasta que te vuelves una mosca en su plato,
hasta que la boca te habla tanto que zumbas...

Si no entiendes lo que digo, entonces seguramente sigues dormido,
dormido e inconsciente, y tu vida es relativamente normal;
como un ganado desfilando al matadero,
normal, tan normal que no es vida.

Tan suprimido e invisible como el sarcasmo,
tan vacío, que si la muerte te golpease la cara,
te quedarías igual, estático,
sin vida como ahora.

lunes, 14 de enero de 2013

Mercurial.

Tener el cerebro agotado, y que el cuerpo caiga ante su peso,
el agotamiento compartido de las abejas volando en el panal, que es mi cabeza,
su determinación a no dejarme tranquila,
ni dormir, ni comer, ni vivir.

Son tiempos oscuros pero mis entrañas brillan,
los segundos son tan lineales, que me desintegran; mis ganas, mis sueños...

El despertar ha sido tan implacable, tan duro,
el despertar de mi conciencia que no entiende ya de razones;
sólo quiere hacer lo que hay que hacer, abandonar las imposiciones sociales
y llorar con llanto de años, llanto seco e inoportuno.

Sucumbir ante la oportunidad de actuar,
quedarse inmóvil, formular hipótesis.
Vivir una vida tan móvil como el mercurio.
Mercurial. 

La chispa inmoderada.

Hoy es un día de esos,
en que invento palabras y me da lo mismo.
En que te cuento un cuento y después lo olvido...

Estoy fría y lúgubre, y me pregunto si esto es todo lo que trae la vida;
hay cien mil motivos para que sea feliz, y sin embargo, se me deslizan todos de las manos;
como mantequilla derretida que procede a evaporarse,
Así, así, me siento a veces.

Incapaz y descontenta, juzgada y atrapada.
Pero, si quiero llegar a algún lugar, tengo que empezar desde un punto,
hoy elijo ese punto, que mi desahogo escrito sea la torrente,
la afluencia de cosas que me llenen el camino...

Que escribir se convierta en mi roce estático,
que sea la chispa inmoderada que devora mi bosque,
Que sea mi principio y mi fin, desde hoy.

Hoy comienza mi vida.